Hoy justo hace una semana de la carrera y por fin, se me han ido las agujetas, uffff. Os cuento como acabó.
En el tiempo que estuvimos esperando a la ambulancia, aprovechamos para comer, organizar mejor los mensajes desde el muro para los relevos y organizar los repostajes.
Estuve advirtiendo a mi compañero de lo rápido que iban y de que tuviera cuidado, que la peña no enseñaba la rueda: directamente te la metian delante o en la espalda. Un vistazo al resto de competidores me hizo entender mejor el nivel de la carrera. Además de los mundialistas, la mayoría llevaba los monos rascados de múltiples caidas en batallas anteriores. Es decir, gente con el "culo pelao" de rodar en circuito y carreras, casi todos eran Ex. Ex-pilotos en la Copa Challenge Yamaha, Ex-pilotos en la Copa Aprilia, Ex-pilotos en la copa Bancaja, ex-pilotos en la Copa Ducati, etc, etc. ¡Aqui los únicos novatos eramos nosotros!.
Al rato anuncian por megafonía que las ambulancias están al caer y que se reanuda la carrera a las 14:
La carrera iba a continuar con dos vueltas lanzadas tras el "quad safety car" en las posiciones que ibamos y cuando abandonara la pista, acelerador y a saco. De modo que lo lógico era ir pegado al que te precedía hasta que el quad abandonara la pista y aprovechar para darle un hachazo a la mínima. Pues no se porque, a mi compañero le entró una pájara mental y se dedicó a contemplar el paisaje y dejar medio circuito entre él y los de delante con el consiguiente cabreo de los cuatro que iban por detrás nuestro ¿?. ¿Sería una táctica sorpresa que nos iba a hacer ganar la carrera?. No, que va. Que se le fue la cabeza dice y no se dió cuenta...jajajajaja. Somos unos novatos de primera.
Llega mi relevo, 40 minutos por delante más cinco vueltas extras para que mi compañero se prepare a partir de la señal, asi lo habíamos hablado en la comida y habíamos hecho en su relevo. Comienzo a rodar, voy entendiendo el ritmo de carrera. Me siguen pasando que es una locura, pero ya no me da pavor ni me quiero bajar de la moto e irme a casa (aunque a más de uno le habría dado una colleja por guarrete, la verdad).
Lo bueno fue que me acoplé perfectamente a la moto y rodé con mucha soltura y fluidez. Lo malo, que me pasé todos mis relevos peleando con una moto de alquiler con una estribera izquierda más larga que una barra de pan en un circuito con todas las curvas a izquierdas menos dos. No pudimos hacer nada, nos penalizó muchísimo. Me pasé toda la carrera sacando todo el cuerpo rascando deslizadera para ir con la moto recta y no rascar estribera (que levantaba la moto) con lo cual perdiamos mucho tiempo. Fue desesperante no poder ir más rápido por un problema ajeno.
Y asi estuve peleando vueltas y más vueltas hasta que de repente pensé: ¿Cuanto tiempo llevo ya?. Miré al muro y estaba más solo que la una, ni rastro de mi compañero. Pensé que se había ido al baño o a descansar así que seguí dándole al gas, solo que con las piernas y tobillos ya doliendome bastante. Al rato lo vi aparecer y pensé: Ah, vale, es la señal, cinco vueltas más para que se prepare y entro a boxes al relevo.
Y otras cinco vueltas para mi cuerpo novato.
Y esta fue la parte más cachonda de la carrera cuando entré a boxes. Me dice mi compañero con las prisas de carrera: ¿Que haces tío?. Te has tirado 65 minutos de relevo. ¡Baja de la moto y aguantala que hago el repostaje!. Ni me moví, pasé de él, me dediqué a abrir el depósito de la moto y quedarme mirándole. ¡¡Se me quedaron las piernas enganchadas y no respondian!!. Jajajaja. Conseguí levantarme como pudé y le llené el depósito.
Me dediqué a descansar y al final acordamos que aunque perdieramos tiempo con otro relevo, yo correría de 16:40 hasta 17:25 y la última media hora la haría él. A mi me habían dado la salida, él se merecía recibir la bandera a cuadros. Mi último relevo fue épico, con toda la moto llena de gasolina a lo bonzo (debido a un repostaje lleno de nervios) y el tapón de gasolina tirandome al mono el sobrante por la toma de aire mientras seguía dando gas; no me he sentido más piloto en mi vida, masoquista que es uno.
Ver llegar a tu compañero desde el muro cruzando la bandera a cuadros es algo genial. La verdad es que llena de satisfacción, por haberlo conseguido, codo con codo, "Canónigos y Entrecots" juntos dando gas. Y ver a todos hacer la vuelta de honor es muy emotivo, algunos tienen más arte que otros.
La vuelta a casa fue todo el camino riendonos y repasando lo que habiamos hecho mal, que no era poco, pero bueno, era nuestra primera carrera, hemos llegado a casa para bañar a los niños y podemos trabajar el lunes ¿no?. Ese es el mérito.
Bueno y en la siguiente carrera, tenemos clarísimo que con unas estriberas recortadas y unas gomas decentes estamos en 51' bajos seguro. Porque hay otra carrera seguro, esto engancha (quedamos los trigésimos). En la próxima entrada os daré los consejos necesarios por si quereis competir, cosa que os recomiendo, es adictivo.
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