Duermo esta noche en el sofá del comedor porque como me levanto a las 5:20 no quiero molestar a mi familia. Mi mujer se levanta a beber agua a las 6:30 y me ve durmiendo tan tranquilo y me dice extrañada desde la barra de la cocina: ¿Tu no tenías una carrera hoy?. Abro un ojo, ¿como? ¿que son las 6:30?. ¡Pero si he quedado a las 5:30 con mi compañero!, Aaaaaaaah, ¿que le pasa al móvil que no ha sonado?. Maldita sea, han sonado dos despertadores y el móvil y no he oido nada. Empiezo a correr sin sentido por casa hacia ningún sitio. Llamo a mi SANTO compañero y me dice: Tranquilo tio, que vamos bien de tiempo. Estoy bajo esperando; te he llamado a casa y no me has oido. Hasta te he tirado piedras a la ventana (como un enamorado... Si llega a ser al contrario le tiro un coctel molotov, sin duda). Se ve que la traqueobronquitis y la medicación me han jugado una mala pasada.
En dos minutos estaba vestido, histérico y en el coche. Rumbo al circuito de Fortuna en Murcia. Desde Valencia hasta Murcia pidiendo perdón por el retraso y por haberme dejado la cámara de fotos, imperdonable.
Llegamos al circuito a las 9:30. Nada más poner el pie en tierra, se nos cae el mundo encima ya que hace mucho, mucho frío acompañado de mucho, mucho viento en una explanada de tierra y piedras que no para de levantar polvo.
La flecha indica sentido de giro y donde situamos nuestro garaje. |
El entorno perfecto para montar nuestra escuderia, compuesta de una alfombra, dos sillas y una sombrilla de playa durante unas 9 horas. Y allí todo el mundo con unas carpas, motos en caballetes, herramientas, grupos electrógenos, furgones y barbacoas que parecía el CEV, glups.
Vamos a inscribirnos y el frío cada vez es mayor. Nos dan la moto (las de nuestra categoría van con los motores sellados) y con cara de perdidos, le preguntamos por un sitio cubierto o protegido para instalarnos puesto que vamos a pelo. Al ver nuestra cara de pollos y que somos unos "valientes", les damos pena y nos colocan al calor de dos carpas de unos vecinos estupendos que nos dejan su espacio, sus herramientas y nos regalan calor humano con su apoyo, muchas gracias.
Nos comentan los vecinos, que hoy la carrera va a estar genial porque van a rodar seis mundialistas. Marcel Schrotter, Cullum, Enrique Jerez, Manuel Hernández, Scott Redding y un par de chinos del equipo federación China/Avintia. Fantástico, lo que me faltaba por oir, "profesionales vs el equipo de la sombrilla de playa".
Empiezan los entrenos libres, la gente se lanza como loca a rodar y nosotros sin cambiarnos de ropa aún. Llenamos depósito de la moto, abrimos gasolina para arrancar e ir calentando y empieza a chorrear por el rebosador. Nos desmontan carburador para arreglarlo porque ni hemos arrancado. Mi compañero va a cambiarse, yo me quedo con el mecánico y la gente sigue rodando. Y nosotros más verdes que una lechuga.
Atentos al caballete, una silla de los chinos y unos plásticos. |
Sale mi piloto a pista a probar. Yo me quedo cambiandome y totalmente desmotivado por el frío y por el dolor que tengo en el pecho de tanto toser, no me puedo ni mover. Me tomo un plátano para las futuras agujetas y un ibuprufeno, me duele todo, me quiero ir a casa y me quedan aun ocho horas mínimo por delante. Sale mi compañero, me subo yo y salgo a pista para conocer el trazado y si, aunque hay gente que va rápido, nada anormal que no haya visto en las múltiples rodadas a las que hemos ido. Es más, voy "trazandito" y me encuentro cómodo y lo mejor: ¡No tengo tos!.
Acaba la sesión de entrenamientos libres y clasificatorios (y nosotros sin ir al ataque pensando que eran entrenos...) y nos dicen que hay que pesar montura y pilotos para poder meternos en categorias para el resultado final. Y aqui, haciendo cola es donde veo que todo esto, que yo pensaba que era igualado, tiene más trucos que una peli de chinos, ¿Como puede ser que nuestra moto pese 65 Kg y la del siguiente que pesaron, tan solo 52 Kg?.
De la diferencia de pesos entre pilotos solo diré que la dieta de canónigos ha hecho efecto, soy peso pluma, gano aceleración, je.
Pero volviendo al tema de las motos, compruebo en cola que además del peso, hay diferencias notables. Algunas llevan un super-radiador de aceite, pinzas radiales, escapes que parecen megáfonos, llantas ligeras, estriberas especiales, ruedas distintas, amortiguaciones, peso...
Pero no nos podemos quejar. Para ser nuestra primera vez, sin saber que estábamos en clasificatorios y llevando un hierrete acabamos los 27 de 38, no está nada mal.
Posición 27, dorsal 7. |
A las 12:15 nos pusimos en parrilla de salida los 38 equipos, con salida a lo 24 H de Le Mans.
Y aquí es donde aluciné con el nivel de esta gente. Nada más darse la salida, dieron gas como locos y fueron los 15 minutos más infartantes y estresantes de mi vida motera, tanto que reconozco que me pasaron tantas veces y de tal manera, que llegué a pensar, le doy el dinero a mi compañero y abandono, ¡no puedo, me van a matar!. ¡Que panda de "taraos"! iba gritando yo dentro del casco ¡Que aun quedan seis horas y parece que estemos en la última vuelta!. Me pasó hasta el último. Por dentro, por fuera, te cierran y te obligan a frenar sino te los llevas por delante, dos por fuera y tres por dentro, te empujan, nadie cede ni un centímetro; de verdad que llevaban un ritmo de carrera absolutamente infernal, nada que ver con los entrenos, ¡nada!. Aquí iban a por todas. Llegué a pasar a tres rivales y luego fui recuperando posiciones gracias a los galletones que se iban dando estos tios.
Estaba intentando entender el ritmo de carrera (y echarle valor) cuando de repente, un chico tuvo un accidente muy grave y sacaron bandera roja para que entrara la ambulancia a por él porque se había hecho mucho daño. Todos a los garajes a esperar la nueva hora de salida. Nueva salida que os contaré en la segunda parte.