martes, 6 de agosto de 2013

LOS NOVATOS, EL AFICIONADO Y EL SEMIPROFRESIONAL

Como ya os dije, rodé el sábado día 3 de agosto en el circuito Ricardo Tormo.

Y me fui sólo con Katsumi (mi GSX-R 750 K7) cargada en una furgoneta que DUBON RACING me dejó para la ocasión. Muchas gracias, o mejor dicho: ENORMES GRACIAS (dejádmela siempre, por favor).

Asi da gusto desplazarse


Fantástico poder ir con una furgoneta preparada para estos menesteres: Rampa de aluminio estable y específica para motos, espacio diáfano en el interior de la furgoneta, cinchas rápidas y de fácil colocación. Y lo mejor, espacio de sobra para juegos de neumáticos, mono de cuero, botas, cascos, guantes, etc.

Como un equipo del CEV
Con todo bien recogido, cargado y depósitos de gasolina llenos (garrafa y moto), me fui al circuito. Llegué el primero, nunca había ido así, pero es genial que no te dejen entrar porque aun no ha llegado el organizador de la rodada. Madrugador que es uno. Mola, porque con toda la calma del mundo, te vas a la parte trasera de la furgoneta y ya vas preparando cosas.

De paso que esperas, conoces a los segundos en llegar al circuito, que resulta que son unos novatos de tomo y lomo (dicho por ellos) que va a ser su primera vez en pista cerrada. Ellos son Jose y Enrique, cuñados residentes en Rafelbuñol con ganas de rodar en moto y pasar un buen día.

Una vez dentro, elijo box al lado del organizador para tener todo cerca; cambio de neumáticos, fotos rodada, hoja tiempos, aseos, duchas, etc. Cuando aparcamos y veo el remolque de mis nuevos compañeros de box es cuando entiendo cuan pollos son en el arte de las rodadas. Nadie ata de ese modo una moto con la maroma de un transatlántico.

Maroma robada del "Queen of the seas"

 La verdad es que el estado del neumático de la moto de Enrique y las ruedas de Jose (Pilot Road 2) demostraban que venian a probar que era el circuito y a pasar el día. Son cosas que sólo el motero de verdad, percibe en una mirada, en un instante. Como un sexto sentido motero arácnido, jeje:

A rodar en circuito

 Pero como decía, primero debían quitar las cuerdas, ¡vaya tela!:

Soy amarrador del puerto...¡Y lo sabes!

Seguramente debido a las fechas, no había mucha gente, asi que disponíamos de un box completo para nosotros.
Mi parte estaba ocupada por un taburete, dos cascos, dos pares de guantes, dos sotomonos Coolmax, tapones de oidos, botas, dos botellas de agua, barritas energéticas, fruta y un bombín para presiones de ruedas.
Mis vecinos ocupaban parte del box con una mesa de camping, sillas tipo tumbonas, sillas normales, dos neveras, bolsas con mucha comida, herramienta y hasta jabón de mecánicos (que es su profesión).

Después de la típica sesión informativa por parte del organizador (mal llamada briefing), a las 10 se abría la pista. Y yo, cumpliendo mi papel de aficionado quemadillo, salí el primero (a pesar de los años y las rodadas, siempre hay ganas) y fui haciendo tandas cada vez más largas con entradas al box para hacer ajustes o cambiar guantes, ya que al rodar con pista abierta podiamos hacer lo que quisieramos. Y mientras tanto, nuestros amigos los novatos, metiendose entre pecho y espalda un almuerzo de campeones, con sus bocatas, sus papas, su ambiente, fabuloso. Hay prioridades.

Hasta que, fíjaos que mala suerte, empezó a llover un 3 de agosto en Cheste desde las 11 hasta la 13.

Pizarras mojadas

 Nadie salió a rodar mientras llovía, que por momentos fue mucho, asi que hubo que esperar.

Paraguera en mojado

Y la verdad, cuando has pagado una rodada y tienes ganas de divertirte con la moto y ves como está de nublado el cielo, el tiempo pasa muy lento...

¿Agua en agosto?

Mientras yo me ponía nervioso por no poder rodar, los "novatos" demostraban que en el asunto del yantar, eran unos veteranos porque aprovechaban y se sacaban una comida mejor aun que el almuerzo (ensalada de pasta).

¡Asi se rueda, esto es vida!

Y no contentos con eso, llegó el remate: Granizado de limón, pero con vaso y pajita. ¿Quién puede negarse por muy aficionado/quemado o semiprofesional que sea?. Todos, acabamos bebiedo ese brebaje maravilloso.

¿Bebida energética?. Mentiras, dame granizado de limón.


Mientras llovía, había aparecido en el box, un chico  venido desde Madrid, era Manuel Tellez, a partir de ahora en esta crónica conocido como "El semiprofesional".

El sexto sentido arácnido motero, comenzó a zumbarme nada más verlo, toda esa preparación incidía directamente en la capacidad del nuevo en el box para ir rápido.

Manuel Tellez celebrado una victoria

BMW S1000RR con todo tipo de preparación para competir. Ventilador refrigerando casco y guantes, comas con calentadores, slick de 200/60/17" de Pirelli, silla R para sentarse justo al lado de la moto, mono con muchos patrocinadores, moqueta propia, etc.

De aqui al CEV
 
Cuando dejó de llover y la pista se secó, salimos a pista y obviamente, me resultó imposible engancharme al ritmo del semi-profresional cuando empezó a apretar. Ya no tanto por la BMW (que también), sino por las dotes de pilotaje.
Y hablando de BMW, pude comprobar en mis carnes, como Gerhard Lindner y su equipo, de BMW Motorad, hicieron un magnífico trabajo al crear esta moto. ¡Es una barbaridad lo que acelera, brutal!.

Lo pude probar dos veces, trazar mucho mejor la curva de entrada a meta, salir pegado a la BMW que me precede y cuando estoy a punto de pasarlo, hacer las BMW: Buufff y aparecen por arte de magia en el final de recta. Algo que aun no puedo entender , la verdad, que misiles.

Al final del día, los novatos hicieron la novatada. Enrique se cayó a final de recta (sin consecuencas por suerte) al perder el neumático trasero porque lo llevaba casi liso por desgaste.

El aficionado/quemadillo que soy yo, tuvo suficiente para calmar sus muchas ganas de circuito, pique sano y apetito de carreras que nunca podré correr. Además de acabar hecho polvo del ejercicio, ufff.

No puedo ni mover las Hawaianas...


Y el semiprofesional, pudo probar sus gomas, el estado de la pista y seguramente, rodará de nuevo este fin de semana. A motoadictos de momento, ya le ha invitado al RACE en el Jarama el 12 de octubre y formamos parte de su moto aunque sea un trozo muy pequeño.

motoadictos con El Tellez 77
                                                                                                                                                                                                                                            
 Al final, a pesar de las diferencias de preparación y objetivos de cada uno, los cuatro lo pasamos bien, cada uno a su manera y en su ritmo. Unos almorzando, otros rodando y otros obsesionados con el 1'45 en el Ricardo Tormo.

Lo bueno es que siempre que hay educación, respeto y motos, aparecen nuevos amigos. Y yo, este sábado, me encontré con tres.

Un placer chicos. Nos vemos por Rafelbunyol o en el Jarama subiendo Pegaso.

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